Juego con el mar.
Cuando estoy algo triste
porque no puedo visitar los
bellos lugares que hay en el mar.
Vienes tú y me intentas consolar.
Dices que paseemos
¡todo el día sin parar!
y aleres nos dibertimos los dos
sin cesar.
Con tus caricias me siento
como una princesa real
y los dos vivimos en un castillo
tan bonito como el mar.
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